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Un poco de mi.

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Mi vida dio muchas vueltas antes de abocarme de lleno a la actuación, la dramaturgia y la dirección. Si bien siempre tuve interés por el mundo artístico, pasaron varios años, hasta que finalmente empecé a formarme como actor. Yo quería ser arquitecto o diseñador gráfico. Hay algo de las estructuras, de lo estético y lo creativo que siempre estuvo presente en mí. 

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En el último año del secundario me anote en un taller vocacional (gratuito) de teatro en la Municipalidad de San Martin, mi barrio. Me gustaba, me entusiasmaba, me acuerdo que en la primera clase, mientras el profesor daba una charla inicial, dos personas se levantaron y empezaron a discutir violentamente. No se entendía si eran amigos, pareja, eran un chico y una chica que se decían de todo. Primero me asuste y luego nos detuvimos todos a verlo, era una gran pelea, tenían argumentos muy valiosos. Era tragicómica, creo que hasta hubo un cachetazo, no sé, fue tan sorpresivo y entretenido, que hay detalles que se me han borrado, pero me quedo la sensación del momento. Al rato supimos que eran actores avanzados que hacían un sketch marketinero de la clase. Funcionó. Fue tan efectivo que todos los que estábamos ahí continuamos con las clases. Lo cuento porque le debo mucho a esa discusión.

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Cuando termine la secundaria en el Emilio Mitre, de San Martin (escuela industrial) ya no tenia ganas de ser arquitecto ni nada de eso, estaba decido a seguir el camino de la actuación. La cosa no estaba fácil porque vengo de una familia de clase media baja golpeada y decir que quería ser actor era lo mismo que decir, me voy a cagar de hambre, así se sentía. No los culpo, creo que tenemos una industria difícil en la que no importa el talento, entonces no hay garantías y todo se tiñe de incertidumbre (no importa cuando leas esto).

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Para poder pagarme los estudios empecé a trabajar en una fábrica Metalúrgica, primero limpiando, luego como peón y con mucho empeño logré convertirme en soldador. Con el dinero que ganaba en la fábrica hice varios talleres de actuación hasta que un día me anime y me anoté en la carrera de Actor y Director De Artes Escénicas en el Centro de Investigación Cinematográfica (C.I.C.).

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Siempre digo que trabajar en la fábrica y estudiar en el C.I.C. al mismo tiempo me sirvió mucho. Eran dos mundos diferentes en los que encajaba perfectamente y a la vez no quería encajar en ninguno. Eso es algo que me pasa muy seguido, me cuesta encajar. Incluso me pasa en la actualidad respecto del medio. No encajo, siento que la mayoría de los actores y actrices de mi generación prefieren estar en en un reality o como panelistas de cualquier programa antes que hacer un clásico en el Cervantes, y me cuesta entenderlo. No digo que esté mal, nadie puede decir que está bien o que está mal, son gustos distintos y ya. Simplemente, que para mi ser actor es otra cosa y trato de ser coherente con mi pensamiento.  

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Luego del C.I.C. me anoté en los cursos de Actuación del San Martín, pero no tuve suerte, nunca había cupo, no sé. Era difícil. Alguien me recomendó que estudiara en la escuela de Alicia Zanca, yo no la conocía, soy medio burro con los nombres, recién ahora puedo decir que tengo algo de cultura general del arte, en ese momento no lo tenía. De hecho, antes de anotarme en aquel taller vocacional, donde comenzó todo, solo había pisado dos veces un teatro. Es loco, pero es así. En mi familia no había arte, todo estaba enfocado en poder tener algo para comer. Mi viejo solo me llevaba a la cancha de Chaca, lo cual agradezco, obvio, pero eso era todo.

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Alicia Zanca fue mi gran maestra. Fue un eslabón fundamental en mi carrera. Me puso a trabajar en sus proyectos y fue quien me hizo entender cómo funciona todo, ella me abrió la cabeza, la mente y el camino.

Gracias a ella, años mas tarde, pude, finalmente, estudiar en el San Martin y fue una experiencia maravillosa.

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Con la venia de Alicia, comencé a incursionar en el teatro independiente. A la par trabajaba como operario de la fábrica, hasta que un día paso algo que fue bisagra en mi vida. Un día llego a la fábrica y me doy cuenta que a todos le dieron un aumento, pero a mí no. Fui a hablar con mi jefe para preguntarle por qué no me había tocado ese aumento y dijo: "Este no es tu lugar. Yo siento que en cualquier momento te vas". Calentón, impulsivo y lleno de bronca le respondí "bueno, renuncio". 

Me acuerdo que cuando salí de la fábrica, me largué a llorar. Me reprochaba la decisión, hasta quise volver y arrepentirme, pero algo me decía que necesitaba ese impulso para tomar las riendas de mi vida. Hoy le agradezco ese gesto, aunque objetivamente creo que estuvo mal, me sirvió y en definitiva eso es lo que importa.

Con la indemnización que recibí por el retiro me animé producir mi primera obra. No me fue bien a nivel económico, porque obviamente no entendía nada, solo me sirvió para conocer gente, para mostrar mi trabajo y aprender del error. Esa obra me fue llevando por un camino vertiginoso que derivó en un productor, calle corrientes y una experiencia encantadora, a pesar de lo económico. Fue como un proceso de laboratorio que me salió bien, en dos años (sin experiencia previa) tenía una obra escrita por mí en calle Corrientes. Y lo bueno es que conocí a Nico Maiques, con quien trabajé durante 12 años en diversos proyectos propios.

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Luego llego "Yo soy virgen" la primera web serie musical argentina. Una locura hecha realidad. Hicimos una serie con dos mangos, muchos amigos y ganas infinitas de crear contenidos constantemente. Nos nominaron a los premios Martin Fierro y eso nos abrió muchas puertas.

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Al toque llegó “Chicos Católicos, Apostólicos y Romanos”, un éxito teatral que permaneció durante 8 temporadas en cartel en Argentina y cuyo texto se ha versionado en Estados Unidos, España, Brasil, Uruguay, México, Perú y Panamá.

Hice varias obras de teatro con muchísimo éxito en Argentina y en otros pauses.

Fui ganador del CONTAR3, el concurso de dramaturgia de AADET y Argentores, con mi obra "Si sucede, conviene".

Trabajé como director de casting de publicidad, di clases de dramaturgia y realicé varios video clips musicales y contenidos web como director. 

Levanto la bandera de la autogestión. Me encanta generar trabajo y elegir que cuento contar cada vez que me lanzo a una nueva aventura.

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Amo mi vida y amo lo que hago. Sigo en constante crecimiento y aprendizaje.

Soy un luchador incansable. Asimétrico, pero estructurado. Me gusta el trabajo en equipo y valoro solo a la gente que es verdadera.

Tengo una familia hermosa y una compañera de primera.

Mas no puedo pedir.

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